
El lavado correcto de manos en la prevención de enfermedades
Lavarse las manos puede mantenerte sano y prevenir la propagación de infecciones respiratorias e intestinales. Los microbios pueden transmitirse de una persona a otra o esparcirse en las superficies cuando tú haces cualquiera de estas acciones sin lavarte las manos:
Tocarte los ojos, la nariz y la boca; preparar o consumir alimentos o bebidas; tocar una superficie o un objeto contaminado; sonarte la nariz o cubrirte con la mano a nariz y la boca cuando toses o estornudas.
Para ayudar a que tanto tú como tus seres queridos se mantengan sanos al lavarse las manos, es importante que conozcas los momentos clave en los que tienes más probabilidades de contraer y propagar microbios:
Antes, durante y después de preparar alimentos, comer o cuidar a alguien en su casa, que tenga vómitos o diarrea; antes y después de realizar la curación de una cortadura o herida; después de ir al baño, cambiar pañales o limpiar a un niño que haya ido al baño; también después de limpiarte la nariz, toser o estornudar y de tocar a un animal o su excremento.
Lavarse las manos con agua y jabón es la mejor forma de eliminar los microbios en la mayoría de las situaciones. Si no dispones inmediatamente de agua y jabón, puedes usar un desinfectante de manos que contenga al menos 60% de alcohol.
Sin embargo no eliminan todos los tipos de microbios y podrían no tener la misma eficacia cuando las manos están muy sucias o grasosas.
Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).